UN PACTO DE ESTADO o el Sueño de un poeta. I

Quién sea uno, qué más dá....un poeta sólo es querido cuando ya es una cara de bronce donde se cagan las palomas o un nombre de una calle en algún polígono, qué sería Segovia sin Machado y queda esa imagen muriéndose un dia antes que su madre, flaco, destrozado, una maleta con hambre. ¿Quién lee ya los libros de Cela o Umbral sin Cela o Umbral?. La historia de la poesía es dolor, nada obliga a ser poeta, una mística, intuición, el foco desde fuera hacia la ciudad, desde la luna, hacia un planeta, un continente, un país, una empresa, tú mismo. El sentimiento de descomposición de tu patria, palabra ya peligrosa, somos unirvesales para según qué, patriotas, en las grandes celebraciones, españoles, de abrazo y mordisco. El país con más guerras civiles, hasta hace poco más de treinta años quien no hubiera pasado por la cárcel o la checa es que no pintaba ni decía nada. Desde Fray Luis a Besteiro, desde Quevedo a Azaña, desde Ortega a Garzón, pongan ustedes los nombres y el tipo de cárcel o exilio. España, es además un sentimiento, es historia, aunque las humanidades vayan en retroceso y apenas se recuerde la historia de este país, la sangre que costó las distintas revoluciones, las contrarrevoluciones, la conquista de los derechos, el Caín y el Abel de turno, el Caín, que pasea por su infierno, siempre fue el Otro, otro español. Sin humanidades, no se hunde la nación, ni la productividad, ni la Marca, simplemente se pierde la cultura y la memoria, es decir, seremos humanoides. El fin es la tecnología, la producción, el intercambio de imágenes y el medio eres tú, si tú, sin conocimiento de tí mismo, como venido al mundo sin un pasado, sin administración de valores, sin espíritu ni chorradas, la metafísica y lo inútil, no hay capacidad humana en un día para digerir tanto texto, la lectura lenta es ya un hábito del pasado. El absurdo, las inquietudes, la vida, las grandes preguntas....dolor, pastillas, ordenador, o un libro de Séneca.

el Beni, 15 de Marzo de 2013