Tanta ética de mínimos ha servido para una cosa, para hacer factible el sueño de todo especulador, que no se hablase de moral en ninguna parte. La Autoridad, desde la Corona, el Tribunal de Cuentas, el Banco de España, la Academia de ciencias morales, el Constitucional, el Supremo, el Congreso...está tocada, roja o colorada, que es el color del rubor y la vergüenza. Una ética de mínimos nos ha llevado a una ruina sin parangón, a la estafa para varias generaciones y a la baja estofa de nuestras instituciones, en los mercados no hay sueños, hay negocio, y la paradoja es que los necesitamos, igual que el crecimiento, eficiencia, eficacia...parecía que lo eran. Este es un país de orgullo, chilla sus alegrías, pero oculta sus penas, hasta que revienta, este es un país más, una microeconomía aventajada en la economía global, toda moral que sea seria será o global o cínica, inconveniente o interesada, la experiencia de la pobreza ilumina, y esto es al menos lo que pienso. La nueva solidaridad de tantos, es lo mejor que nos ha sucedido, como principio, en mucho tiempo ¿acaso dos millones de parados no importaban?.
el Beni, a 21 de Diciembre de 2012
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