TEORÍA DE LOS COSTES ÉTICOS V: EL MUNDO COMO BASURERO.

    I

     Este proyecto que comienza desde una cabeza, situada en un mundo, se debe a un lenguaje, una perspectiva, un periplo vital, es decir muy poca cosa. Pero el universo si mí, o sin tí, sin nosotros, no existe, y como parte de él debemos conformarnos con el lenguaje del siglo XX, los viejos discursos, violentos y pacifistas, que pueden ser yá los únicos, cerrar el Libro, o lanzarnos a un momento histórico, poético, ético.

     La edad de la ética es un proyecto para un giro, girar la cámara y mirar en el envés del decorado, el cartel de Bienvenido a las Vegas es evidente, prístino, cuando el planeta, gracias a la tecnología es ya un inmenso Panóptico, desde cualquier punto del planeta se puede visualizar mi ventana y yo sacar la mano y decir hola.

     Desde el hombre prehistórico la posición en las alturas ha sido el punto estratégico clave, y el ser humano ya no pisa sólamente este planeta. Hemos salido del mundo y podemos observar la bóveda celeste, pensar desde fuera de la Tierra, pensar la Tierra como un todo.

II

      Los límites de mi lenguaje son los límites de mi mundo, decía Wittgenstein, pero el lenguaje es creación y los mundos existentes y posibles, o los construimos o nos los construyen, es más consolador dejar al Otro la construcción de los acontecimientos, sin responsabilidad alguna, en la bonanza siempre seremos constructores, en las crisis y en los pequeños apocalipsis, siempre seremos víctimas. Este blog está dirigido al intelecto.

III

      Que el mundo se ha convertido en un inmenso cubo de basura es grito en el cielo por multitud de voces, residuos nucleares, misiles, balsas de fosfoyeso, los tintes de Bangladesh..., miles de estercoleros son denunciados cada día en el mundo, la basura es real y nos lleva a un dilema moral sobre el crecimiento económico, el consumo y su envés, las toneladas de basuras y residuos químicos, de todo orden. El mundo como erial, puede soportar ¿cuánto? mil años, dos mil, una perspectiva temporal que puede ser despreciable desde nosotros, pero no desde un pensamiento moral, ético y responsable. Este discurso está pensado desde la Luna, lugar donde habitaban los selenitas, que según Luciano de Samosata, cardaban el vidrio y los metales, se sacaban y se ponían los ojos, bebían aire exprimido.

el Beni poeta y humanista.