LA SINERGIA DEL CONFLICTO. Teoría de los costes éticos.

     Esto no es idealismo, lo utópico es pensar que podemos transferir al estado costes éticos indefinidamente, maquillar un país en descomposición con los goles de la roja, con el jamón de veta, el flamenco o la bata en la Renault. 
     España ha pasado de una gran euforia al desánimo mas o menos general. Es decir, nos encontramos en una España bipolar, transtornada, hay suicidios. 
La tasa de paro supera la del Crash del 29 y la de la República de Weimar. El rubor, el color de la vergüenza ha encendido los rostros y es permeable a las instituciones más insignes de la nación, el discurso ético no puede posponerse como un deseo hacia el futuro, es urgente y es yá, es necesario el giro ético, y en parte se está produciendo, se palpa la necesidad, el fraude inocente y el chanchullo está viendo la luz en los medios, incluso Suiza está entregando listas de capitales huídos, de la era de los maletines. Si en la España de los noventa las mejores cabezas se dirigieron hacia la creación, el emprendimiento, la paz laboral, hoy las tenemos entretenidas en desmontar empresas, en reestructuraciones, en una política de reajustes, en una inercia de destrucción, otras, en la pura supervivencia, como ocurre con el pequeño empresario, el héroe sin crédito. 
     La patronal se enfrenta a una urgente reforma, la tercera reforma, aún pendiente. Los sindicatos actúan por reflejo y suman costes de huelga ¿tres mil millones? -dinero es- y aplican la reforma laboral en sus plantillas o hacen caja con los eres. Los ejecutivos se centran en las pericias mas jugosas para sus propios intereses, todos saben muchísimo, pero de lo mismo. Se han abandonado las humanidades. La ética crítica, no la ética del decoro, que es la RSC, es búsqueda de la verdad para corregir en el presente, no buenas maneras en función de la imagen corporativa, hoy una empresa que cree empleo ya tiene cubiertas sus necesidades de imagen moral.

       Si en todo este periplo encuentro un punto de inflexión es que, el conflicto, es muy rentable, pero no puede ser a costa del hundimiento de España, es decir, de todos. Consultorías, bufetes, burocracias del management, estamos hablando de un sector de lo más competitivo, de lo más preparado, pero abocado al interés legítimo y necesario de la resolución de conflictos, pero dudo de que no haya más intereses creados en generar litigios que no en la inercia excedente de la Armonía: creación e investigación. Hay desencuentro y recelos entre la empresa y la universidad, quizá exagero, no conozco del todo el nivel de cooperación entre ambas, mejor equivocarse con el error, que quedarse corto en la verdad.

     El deterioro de la ética y la imagen, primero es aquella, luego ésta, aumenta la deuda de las empresas, si no se confía en España los tipos de interés son mas altos, de las organizaciones, de los ciudadanos, es una espiral que está hundiendo la moral de investigadores, científicos, profesores, médicos, y los jóvenes, cuyo poso de resentimiento vá mucho más allá del fuego en las calles, se vivirá en cada casa, pues muchos somos padres y el odio latente saldrá por algún lado, en cada hogar, en los no lugares, en las calles, en el imaginario común sobre ésta época de cambio. De los cuarentones, mejor ni hablemos, hicimos el baby boom y ahora somos el foco preferente del despido ¿por la antigüedad?.

el Beni, poeta y humanista.